Ya está todo preparado. Sudáfrica albergará durante un mes, a los mejores seleccionados, a las máximas figuras y a miles de personas que buscarán encontrar en este país, todos los condimentos para sentir que este lugar, será por un mes, la casa del fútbol, y para poder sentir desde adentro, todas las sensaciones que sólo una pelota remueve.
A 80 años del inicio de lo que hoy es el máximo evento deportivo, y luego de muchas dudas en cuanto a la finalización de las obras necesarias, el país organizador, demostró que el Mundial 2010 será una fiesta y permitirá que todos puedan disfrutar de los preparativos que se realizan desde hace mucho tiempo.
Fue una carta difícil la que apostó la FIFA al confirmar a Sudáfrica como sede para esta edición. Una decisión que Joseph Blatter mantuvo con contundencia hasta el último minuto, cuando confirmó que el mismo, comenzaría el 11 de junio y declaró, sin que le tiemble la voz: “La Copa del Mundo se disputará en Sudáfrica”. Claras palabras para despejar las dudas y los rumores de que si el país elegido no llegaba a tiempo con las obras podría designarse otro anfitrión que organice todo en menos de un año y medio.
Si bien este país dista en muchos aspectos de lograr un símbolo de unión, sólo en sus ojos, estuvo la visión de realizarlo desde el deporte. Y hoy, quince años después, este Mundial, que tiene otra repercusión y otras intenciones, va a mantener vigente la lucha de Mandela y la unión para sus habitantes.
Por eso, los riesgos que corrió la FIFA con esta elección están totalmente avalados, porque si desde el deporte y más precisamente desde el fútbol se puede lograr un vínculo entre todo el pueblo de una Nación, bienvenida sea la decisión y bienvenido sea Sudáfrica.
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