- C o m e n t a r i O
- En un partido que tuvo más lucha y emoción, que juego, el equipo de la ribera logró imponerse sobre un River sin carácter, con dos goles del chileno Gary Medel y una gran actuación de Román.
El día que Maradona volvió a ocupar su lugar en el palco de la Bombonera, Boca volvió a ganar de local. El día en que Alves decidió mover las piezas para acomodarlas en su lugar correspondiente, Boca obtuvo el triunfo más esperado, ante su clásico rival.
Como bien lo describió Astrada : "el partido se definió en las áreas". Es que Boca fue mucho más contundente, aprovechó a un imparable Riquelme que dirigió la batuta durante todo el partido y sus compañeros, con Medel a la cabeza, supieron lastimar a una desinteligente y dormida defensa millonaria. Mientras que River dependió mucho del muñeco Gallardo y no encontró precisión para poder definir en las pocas, pero claras situaciones de gol que detentó.
En el primer tiempo, el equipo del 'chueco' manejó más la pelota y poco a poco el 10 fue encontrando los espacios, marcando el ritmo y convirtiéndose en la figura clave del xeneize. En los primeros minutos, Gaitán fue intermitente y perdió varias de las pelotas que disputó, Palermo casi ni apareció, Giménez tuvo una actuación aceptable y Méndez, como volante central pudo darle vida al mediocampo. Sin embargo, la primera llegada peligrosa, la tuvo el conjunto de Núñez: un centro de Ferrari pasó cerca de la cabeza de Gallardo, que pudo haber convertido un gol de palomita, pero se tiró antes, esperando que Baldassi sancione penal. Minutos más tarde, Ahumada intentó salir jugando en una posición incómoda, perdió la pelota y terminó cometiendo infracción. De esa jugada, a los 13 minutos, nació el primer gol de Boca: Riquelme metió un pase rasante que Medel (perfectamente habilitado) punteó superando la marca rival, sorprendió a Vega y puso a Boca arriba en el marcador. A partir de ahí River fue perdiendo participación en el juego, no acertó en ninguna de sus líneas: no dio batalla en la mitad de la cancha con la deslucida presencia de Almeyda que no se ubicó ni como volante central ni por la derecha y junto a un apagado Ahumada no ejercieron ningún tipo de presión ni contención. Rojas no apareció y Gallardo - el mejor del millo - no encontró asociaciones ni buenas ideas para llegar con mayor frecuencia al área de García. Riquelme se movió a la derecha, rotando con Gaitán que le complicó la subida a Paulo Ferrari (además, Giménez y Riquelme le ganaban la espalda constantemente) y así, el equipo de Leonardo Astrada fue muy pobre atacando. Funes Mori se perdió la posibilidad de poner el partido 1 a 1, tras una jugada en la que la defensa de Boca jugó al achique y Rogelio, habilitado, quedó cara a cara con Javier García, pero definió despacio a las manos del arquero.
Más tarde, Riquelme le metió un centro a Palermo que no pudo darle de lleno y desperdició la posibilidad de aumentar la diferencia. El enganche de Boca, también tuvo su oportunidad: recibió la pelota, la paró, y remató con la derecha, pero el balón se fue por arriba del travesaño.
En el complemento, se vio a un Boca con una mayor velocidad, más incisivo, que se mostró dispuesto a convertirle el segundo gol a su eterno rival al cual presionó en todos los sectores de la cancha. Tras una jugada colectiva brillante, el azul y oro puso el 2 a 0: Monzón para Riquelme, Riquelme para Gaitán que con una falsa pared, de espaldas a Medel, le cede la pelota y el chileno define con la cara externa del botín, clavándola a un lugar imposible para Daniel Vega. El festejo lo decía todo. Boca volvía al triunfo en la Bombonera después de mucho tiempo (sólo le ganó a Lanús en la 2° fecha), tenía el arco en 0, los cambios que Alves había hecho estaban funcionando y aún tenía chances para ampliar la diferencia.
Distinta era la realidad en el millo, porque el planteo de Astrada no funcionó: ni sacando a Ahumada y Ferrari, ni con la presencia de Villalba logró remontar la situación, ya que la defensa de Boca, con Muñoz como lateral, el debut de Bonilla, Luiz Alberto, Monzón y un García inspirado (en el segundo tiempo le atajó dos claras a Funes Mori y un remate desde afuera del área a Gallardo), se mostró segura y apenas fue inquietada por los delanteros millonarios. Mientras tanto, el xeneize se dedicó a asistir a Palermo para que el encuentro culmine con el récord del titán. No obstante, no tuvo chances netas para convertirse en el maximo goleador de la historia de Boca.
El partido, tampoco careció de momentos calientes, porque tras una serie de enfrentamientos y cruces de palabras entre el autor de los dos tantos del encuentro y Marcelo Gallardo, el volante de Boca se excedió y fue expulsado. Alves se vio obligado a sacar a Gaitán, que en los últimos minutos fue reemplazado por Erbes.
La victoria significaba una alegría y un respiro tanto para River como para Boca, mientras que la derrota hundía mucho más a cualquiera de los dos. Pero la suerte estuvo del lado del local, y fueron los once de Alves los que supieron demostrar cómo se ganan estos partidos, con los dientes apretados y mucha actitud, elementos que hoy, cuando más se necesitaban, estuvieron ausentes en el conjunto dirigido por 'el negro' Astrada.