Tras el triunfo en el Abierto de Australia, el primer torneo de Grand Slam que obtiene la dupla ítalo-argentina conformada por Gisela Dulko y Flavia Pennetta, la tenista tigrense analizó su nivel en el partido del viernes, expresó sus proyectos para el 2011 y con los pies sobre la tierra, pero feliz, compartió su alegría por haber alcanzado el máximo logro de su carrera.
"¡Es que vi el partido tan perdido, pero tan perdido...!", exclamaba Gisela mientras se tomaba la cabeza. Pero dicen por ahí que no está muerto quien pelea y por eso, a los 25 años, se anota en la lista de campeones argentinos, junto con Guillermo Vilas en singles (1977 y 1978), Paola Suárez en dobles, con la española Virginia Ruano Pascual (2004), y Luciano Vitullo en dobles juniors (2001). A pesar de ser la mejor pareja del 2010, Australia las sorprendió, porque el objetivo estaba planteado, pero alcanzarlo se volvió más difícil de lo esperado y un final épico caracterizó su victoria. En declaraciones para Olé, Dulko señaló: "cuando nos fuimos a la silla 2-6 y 1-4 dijimos: 'vamos menos de una hora en una final de Grand Slam y estamos por perder'. Pero nos alentamos todo el tiempo y hubo mucho apoyo mutuo". Mientras el presentador anunciaba a las ganadoras en el Rod Laver Arena, ellas chocaban sus caderas y, por momentos, Flavia apoyaba su cabeza en el hombro de Gisela, como en un limbo. Como en la cima del mundo, felices, pero aún sin lograr entender la magnitud del hecho. Sin lograr comprender que habían realizado una hazaña y que por eso, una vez más, las miradas del mundo estaban sobre ellas. El Grand Slam que las dos se habían propuesto como principal objetivo del año llegó mucho más rápido de lo esperado, probablemente por eso, haya sido difícil aceptar que habían dado el paso más importante en el inicio del 2011. Sin embargo, Dulko reconoció sus falencias: "Empezamos lentas. Tácticamente no nos salían las cosas como habíamos planeado. Fue el partido en el que más bajo arrancamos y eso fue porque lo sentimos distinto". Además, explicó por qué logran complementarse de la mejor manera, más allá del apoyo , el conocimiento y la amistad que existe entre ambas: "Tenísticamente las dos tenemos cosas distintas. Variamos mucho los golpes, yo me cruzo bien en la red, utilizo globos y Flavia es consistente y agresiva desde el fondo".
Por último, Gisela comentó las metas que tienen por delante a raíz de este triunfo: "Es lo máximo que gané. Fue lo mejor que me pasó en mi carrera, pero queremos más títulos y más torneos importantes. El objetivo, ahora, va a ser mantenernos arriba en el ránking, que no es nada fácil". Son amigas dentro y fuera de la cancha, se complementan y chusmean día y noche sobre sus vidas. Quizás por eso imponen una supremacía que no es percibida en otras parejas, digna de ser admirada. Porque tal y como lo dice la propia Gisela "Cuando todo da sus frutos, motiva mucho" y es notable el esfuerzo, el sacrificio, la motivación y la autoconfianza que estas chicas tienen para seguir siendo las mejores del mundo. No obstante, Dulko, es medida en sus festejos: "Tenemos que seguir trabajando día a día. Soy consciente de que venimos muy bien".
El mundo del tenis gira sobre ellas, aunque les queda mucho hilo en el carretel y a su vez, tiempo suficiente para que Gisela iguale, por ejemplo a su compatriota Paola Suárez, retirada en el 2007, quien se llevó ocho torneos de Grand Slam junto a Virginia Ruano Pascual. Ahora, desde el 31 de enero, la tigrense defenderá los colores argentinos en el Buenos Aires Lawn Tenis y será cabeza de grupo en la Copa Federación.