El periodismo es una tarea grata, que gusta a quien la ejerce, que enaltece a los que buscan la verdad y mantienen una conducta ética probada. Muchos son los que pretenden dictar clases morales, los que desde un lugar determinado en los medios de comunicación quieren influenciar en la gente con sus opiniones. Desde nuestro lugar buscamos aportar nuestra visión como estudiantes de periodismo, asumir el desafío de diferenciar el show periodístico del periodismo puro, el reto de comprometernos a emitir ideas, conceptos, información, análisis y dejar de lado el plagio, la opinión sin conocimiento, la crítica carente de fundamento, etc., y disfrutar de esta actividad mientras un publico (no importa su dimensión) la recibe.A través de este lugar, queremos brindar información deportiva, actualidad de los distintos eventos como también de los distintos jugadores. Además, este blog, tendrá un alto grado de opinión. Pero vale aclarar, que de ningún modo la idea es idolatrar o defenestrar a nadie; sino, entender, que detrás de cada deportista hay personas, que sienten, viven y disfrutan al igual que todos, y que para muchos de ellos el deporte al que se dedican, es mucho…pero mucho más que un juego (*)


(*) Título extraído del libro Más que un juego correspondiente a la autoría de Juan Pablo Varsky

domingo, 27 de febrero de 2011

La polémica del nunca acabar

 "Contra Godoy Cruz jugamos mejor y perdimos. Contra Racing tuvimos suerte, jugamos mal y ganamos". El disparador de la frase fue el protagonista de la semana, Juan Román Riquelme, quien a falta de minutos en cancha propuso, como suele hacer el juego de las palabras, un juego en el que se desempeña casi tan bien como con la pelota. Ese pase entrelíneas lo dejó cara a cara con Julio César Falcioni, que no sólo declaró sino que además tiene bien en claro que las decisiones las toma él, e hizo uso de esto exponiéndose a la polémica. Una polémica que parece no tener fin, como todo lo que tiene que ver con Riquelme. Si anoche Boca ganaba o perdía, las opiniones sin dudas, iban a girar en torno a su ausencia. La realidad es que nuevamente no pudo superar a All Boys en esta segunda rueda de la temporada y el resultado vuelve a dejar  incertidumbre y conflictividad. El equipo xeneize jugó mal y tuvo una elaboración escasa de juego, lo que no hizo más que poner en el ojo de la tormenta la controvertida ausencia de Riquelme e iniciar el juicio contra Falcioni.
El DT hizo lo que le dictaban sus convicciones, no lo que le hubiera generado una menor exposición. Se arriesgó, apostó con ese  4-4-2 elegido, en el medio buscó combate, presión y sorpresa por afuera, intentando cubrir bien los laterales para disimular las falencias de Calvo y de Clemente Rodríguez. De esta forma, Grazzini y Ortega contarían con menos espacios.
 El equipo de la ribera logró cerrar esos caminos en los que en el debut, Godoy Cruz supo transitar con facilidad y herirlo. Pero, más allá de que haya merecido irse al descanso en ventaja con respecto a su rival,  le faltó en la construcción, en la creatividad más allá de haber contado con ese equipo que durante el verano generó buenas e interesantes asociaciones. Mismo sistema, mismos intérpretes, jugó en una línea similar a la que lo hizo en el triunfo ante Racing, cuando el `10´ no pudo estar por lesión. Pero hubo poca claridad, orfandad de argumentos y ataques iniciados con más potencia y voluntad que otra cosa. All Boys casi no lo incomodó, y, salvo pasada la mitad del complemento, casi no dispuso de la posesión de la pelota.
 Es decir que más allá de que mantuvo su arco en cero y casi no le generaron situaciones, a diferencia de los dos primeros encuentros, la producción final fue baja: terminó siendo un equipo muy lineal, con poca sorpresa, carente de audacia e inventiva.
 Por lo tanto, como era de esperarse llegó la balacera contra Falcioni. Los que están asesinando a Falcioni por haber prescindido de él para este encuentro, son los mismos que después reclaman tiempo para los proyectos y el armado de los equipos. A tan sólo tres fechas, determinar un veredicto es casi tan injusto como decir que Boca perdió 4-1 en el debut porque Riquelme desbalanceó al equipo, fue recién un partido jugado. Con Riquelme y sin Riquelme, Boca jugó mal.
 Es verdad que le faltó ese juego que el diez sabe pensar. Es cierto que no tuvo luces el equipo de Falcioni. Pero también es cierto que Cambiasso fue figura, entre otras cosas. Es cierto que el 10 de Boca es el futbolista que más controversias genera en nuestro fútbol. Aun sin conocerlo, todos tenemos una opinión sobre él. Es cierto que en el primer semestre de 2007, regresó a Boca a préstamo por cuatro meses y dejó sin palabras a sus críticos. La rompió en el campeón de la Libertadores y volvió al seleccionado. A fines de ese año, Pedro Pompilio decidió comprarle su contrato con el club español, millonario en euros. A partir de ese momento, el interés en "cómo jugaba" comenzó a competir con el "cuánto ganaba". En 2008, se sumó una nueva interna, una pelea con Palermo. Y luego, aparecieron las lesiones: desgarro en el aductor derecho, un mes afuera. Al año siguiente, una ruptura de la fascia plantar derecha, cuatro meses inactivo. En 2010, operación en la rodilla izquierda, que lo sacó durante un semestre entero. Apenas regresó, sufrió una tendinitis y finalizó su año, en el que jugó menos de la mitad de los partidos oficiales (18 partidos y 2 goles). Y tras el primer juego oficial de este 2011, él mismo anunció en rueda de prensa su baja ante Racing por una inflamación en el tobillo derecho. Es cierto, entonces, que la polémica parece no tener fin cuando se trata de una figura que tiene su influencia en el plantel y ha bajado su aporte al equipo, lógico efecto de sus ausencias, que divide entre amigos y enemigos, que tiene un manejo excepcional de los medios y los utiliza de acuerdo a sus intereses.
 En definitiva, es cierto que Boca puede extrañar a Riquelme, que necesita esa solidez en defensa y esas ganas que demostró ayer, pero también sería ideal compensar esto con un talento como el que puede ofrecer el mejor Riquelme, no su versión reciente. Para llevar a cabo este objetivo, necesitará sin dudas, un técnico que no resulte inexorable y un crack que no caiga en divismos.