El periodismo es una tarea grata, que gusta a quien la ejerce, que enaltece a los que buscan la verdad y mantienen una conducta ética probada. Muchos son los que pretenden dictar clases morales, los que desde un lugar determinado en los medios de comunicación quieren influenciar en la gente con sus opiniones. Desde nuestro lugar buscamos aportar nuestra visión como estudiantes de periodismo, asumir el desafío de diferenciar el show periodístico del periodismo puro, el reto de comprometernos a emitir ideas, conceptos, información, análisis y dejar de lado el plagio, la opinión sin conocimiento, la crítica carente de fundamento, etc., y disfrutar de esta actividad mientras un publico (no importa su dimensión) la recibe.A través de este lugar, queremos brindar información deportiva, actualidad de los distintos eventos como también de los distintos jugadores. Además, este blog, tendrá un alto grado de opinión. Pero vale aclarar, que de ningún modo la idea es idolatrar o defenestrar a nadie; sino, entender, que detrás de cada deportista hay personas, que sienten, viven y disfrutan al igual que todos, y que para muchos de ellos el deporte al que se dedican, es mucho…pero mucho más que un juego (*)


(*) Título extraído del libro Más que un juego correspondiente a la autoría de Juan Pablo Varsky

martes, 26 de octubre de 2010

Lejos de ser un espectáculo

“El fútbol es una comedia. Si bien la representación de la contienda, de una guerra y todo esto que se dice alrededor del fútbol, podría indicarnos que se trata de una representación trágica, da la sensación de que tanto en el juego como en el espectáculo sobrevienen aspectos que son propios de la comedia, en el sentido de que se juega a deshacer la gravedad de las cosas, la seriedad. Mostrar la habilidad, la destreza, es puro espectáculo y en el fondo es pura risa. En la Argentina, el fútbol se juega casi como una conversación, a veces enrevesada, trabada. El estilo es un estilo que tiene, como en el tango, el firulete, la cortada, la maniobra." señaló alguna vez Américo Cristófalo, poeta, editor y profesor de Literatura del siglo XIX en la Universidad de Buenos Aires. Pero, ¿hace cuanto que no se habla del fútbol en ese sentido teatral? En ese sentido que lo convierte en un espectáculo tan atractivo que lo ha llevado a ser el deporte más popular. Hoy se dice que el fútbol argentino es un teatro por las simulaciones de las infracciones: el futbolista no colabora con el juego limpio, prefiere que le cobren penal en una situación de gol por temor al error en un mano a mano, reclama tarjetas y protesta hasta en las jugadas más insignificantes. Y en este teatro no son los futbolistas los personajes principales, sino los entrenadores e incluso los periodistas, que dedican programas enteros a discutir un posible off side o un gol mal sancionado. Siempre se apunta al error del personaje más secundario de todos en la esencia del juego: el árbitro, cuando en realidad el fútbol de nuestro país está rodeado de errores que realmente lo ensucian y lo convierten en lo que es hoy en día.
No se habla de otra cosa más que de las polémicas de cada fecha debido a que el nivel del campeonato es mediocre. Cuesta ver tres pases seguidos en campo rival. No hay toques de primera, ni triangulaciones, escasean los cambios de frente. ¿El recurso más utilizado? el pelotazo. ¿La toma de decisiones? Ya no pasa por pensar y elegir la mejor jugada. ¿La elaboración de juego? Agarrar la pelota, agachar la cabeza, encarar y tratar de dejar rivales en el camino, nada de pase y la búsqueda de una posición para ser la mejor opción a a hora de la devolución.
 De vez en cuando, aparece un gol como el segundo de Colón ante Lanús, jugadas colectivas con precisión como las que cada tanto entrega Godoy Cruz de la mano de David Ramirez, o las explosiones de Vélez de 3/4 de cancha en adelante. Justamente, el viernes pasado, se enfrentaron el líder y el escolta, Estudiantes y Vélez, los mejores conjuntos del torneo. Y si esos son los mejores... bueno, saquen sus propias conclusiones. Uno no supo atacar y tiró pelotazos mientras que el otro se replegó defensivamente. Al Pincha, puntero del Apertura, lo caracteriza su solidez, con una línea de cinco defensores en la que se destacan los  Federico Fernández y Marcos Rojo. Y si bien es cierto que el esquema de Sabela ha generado buenos resultados y favoreció por ejemplo a la potencialidad de Enzo Pérez, una de las figuras del campeonato, es un equipo que carece de juego asociado y variantes en ataque.
 Por otro lado, las estadísticas indican que ningún equipo llega a los dos goles de promedio por encuentro en este Apertura (Godoy Cruz se acerca con 23 en 12 (1.91)). Además, ninguno de los grandes del fútbol nacional figura entre las primeras cinco posiciones: River se encuentra séptimo en un torneo atípico para el conjunto de Núñez que busca mejorar su promedio, pero difícilmente pueda hacerlo si el escandaloso Ángel Cappa no logra encontrar un estilo o mejor dicho plasmarlo en el campo de juego. Ni siquiera tiene los once definidos y es el claro ejemplo de lo que sucede actualmente con los jóvenes en el fútbol: se los idealiza y ante el primer partido flojo, adiós continuidad a una posible promesa para el club. Su rival de toda la vida, Boca (11°) es inestable, no apuesta a nada, su DT declaró que no puede salir a la cancha pensando en ganar todos los encuentros. Y se nota. El Xeneize confía en que el regreso de Riquelme signifique la salvación para una de sus peores campañas. San Lorenzo (8º) pintaba para dar batalla entre los de arriba luego de un buen comienzo en el torneo, perdió 4 de los últimos 5, y fue goleado por un Huracán que no venía nada bien. A rácing lo salva la magia del colombiano Moreno, mientras que Independiente, el de peor ubicación de los grandes en la tabla de posiciones, apuesta por la Copa Sudamericana luego del triunfo ante Defensor.
 La elaboración, el engaño y la ejecución van perdiendo lugar y son reemplazadas por la fricción, los choques, la simulación y quizás, la suerte. La última fecha fue el fiel reflejo de eso, de un fútbol que dista mucho de su esencia, de mucho traslado y poco toque y  que para colmo da lugar a hechos indignantes como el del domingo pasado en el Estadio -habilitado a pesar de que no está terminada la obra- de Independiente. Elementos, que sin lugar a dudas no permiten que nuestro fútbol sea una poesía.