Partidazo en Floresta: All Boys y Tigre se enfrentaban en busca de una victoria que les permita respirar teniendo en cuenta sus promedios, el Matador abrió la cuenta y siempre tuvo la ventaja, mientras que el Albo puro corazón, nunca se entregó, protagonizando un intenso encuentro lleno de emociones que finalizó 3-3.

Goles, ambición, errores, actitud y jugadas discutidas. All Boys y Tigre entendieron desde el inicio que este partido no era uno más, por eso fue un encuentro al que no le faltó nada y por eso el punto que rescataron tiene un sabor amargo, porque cualquiera de los dos mereció ganar.
En el primer tiempo, el conjunto de Pepe Romero realizó rotaciones constantes, desplegó un juego asociado, con pausa, presionando y teniendo a su rival en un arco. El planteo de Tigre fue diferente: mucho más vertical, tocando rápido, aprovechando la velocidad y traslación de Telechea y tratando de lastimar con remates desde lejos. A los 22, los de Caruso Lombardi, acostumbrados a saber aprovechar la pelota parada (seis jugadores miden más de 1,80), marcaron la diferencia mediante esa vía y con un cabezazo de Tete Gonzalez, luego de un excelente centro de Trombeta, anotaron el primer gol para el equipo de Victoria. A partir de ahí, Tigre creció en confianza, todo lo contrario a All Boys que se vio perjudicado por el cambio repentino tras la lesión de Perea y el gol de Tigre, razón por la que perdió el control de la pelota que supo tener durante los primeros minutos. Pero no por mucho tiempo porque el Mágico dijo presente: Grazzini, quien había decaído en su producción futbolística, puso el 1-1 para el conjunto de Floresta. Matos aprovechó un error en la defensa de Tigre, presionó, luchó y le cedió la pelota a Grazzini que cortó con una racha de 383 minutos sin recibir goles que Tigre acumulaba hasta ese momento.

Los primeros minutos del complemento estuvieron caracterizados por la imprecisión en ambos equipos y por la falta de elaboración, ritmo y pausa. No aparecían los volantes externos en Tigre ni la figura de Grazzini en All Boys, por eso, el partido se hizo más luchado que pensado y tuvieron lugar las infracciones, el vértigo y la fricción en mitad de cancha. A los 14, Leone bien abierto tiró un centro, Galmarini cabeceó, la pelota pegó en el palo y finalmente Tete González volvió a poner a su equipo en ventaja. Sin embargo, la historia volvió a repetirse y en el mejor momento de Tigre, un zurdazo de Grazzini generó la igualdad en el marcador para el delirio de la gente de Floresta. Lejos de conformarse, ambos equipos fueron por más, el encuentro se juegó en la cercanía de las áreas y las chances de gol estuvieron de los dos lados, pero el primero en convertir fue Traca, que volvió a poner a Tigre arriba anotando su cuarto gol en el torneo. Con Fabbiani en cancha, los de Romero intentaron repetir secuencias anteriores y lograron el empate a través de Matos, que definió con un cabezazo luego de una gran asistencia de Torassa.
Magia blanca por un lado y fuerza aérea por el otro, actitud de los dos lados... el claro ejemplo de que no está muerto quien pelea.
26 son los empates que llevan acumulados Tigre y All Boys en el historial. Disputaron 66 partidos, con un saldo de 22 triunfos para el Matador y 19 victorias para los de Floresta.
El aritraje de Toia. Dos claros penales para All Boys no fueron sancionados: en el primer tiempo Echeverría le cometió una infracción en el área a Domínguez, mientras que sobre el final del encuentro, hubo una mano de Vera que el él juez no vio.