Goles, ambición, errores, actitud y jugadas discutidas. All Boys y Tigre entendieron desde el inicio que este partido no era uno más, por eso fue un encuentro al que no le faltó nada y por eso el punto que rescataron tiene un sabor amargo, porque cualquiera de los dos mereció ganar.
Los primeros minutos del complemento estuvieron caracterizados por la imprecisión en ambos equipos y por la falta de elaboración, ritmo y pausa. No aparecían los volantes externos en Tigre ni la figura de Grazzini en All Boys, por eso, el partido se hizo más luchado que pensado y tuvieron lugar las infracciones, el vértigo y la fricción en mitad de cancha. A los 14, Leone bien abierto tiró un centro, Galmarini cabeceó, la pelota pegó en el palo y finalmente Tete González volvió a poner a su equipo en ventaja. Sin embargo, la historia volvió a repetirse y en el mejor momento de Tigre, un zurdazo de Grazzini generó la igualdad en el marcador para el delirio de la gente de Floresta. Lejos de conformarse, ambos equipos fueron por más, el encuentro se juegó en la cercanía de las áreas y las chances de gol estuvieron de los dos lados, pero el primero en convertir fue Traca, que volvió a poner a Tigre arriba anotando su cuarto gol en el torneo. Con Fabbiani en cancha, los de Romero intentaron repetir secuencias anteriores y lograron el empate a través de Matos, que definió con un cabezazo luego de una gran asistencia de Torassa. 26 son los empates que llevan acumulados Tigre y All Boys en el historial. Disputaron 66 partidos, con un saldo de 22 triunfos para el Matador y 19 victorias para los de Floresta.
El aritraje de Toia. Dos claros penales para All Boys no fueron sancionados: en el primer tiempo Echeverría le cometió una infracción en el área a Domínguez, mientras que sobre el final del encuentro, hubo una mano de Vera que el él juez no vio.
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