- Final Six
El seleccionado brasileño de voley derrotó 3-2 al local, Argentina, con parciales de 25-17, 23-25, 25-20, 19-25 y 15-10, en la jornada inaugural del Final Six de la Liga Mundial que se lleva a cabo en el Estadio Orfeo Superdomo, de la capital de Córdoba.
La máxima potencia latinoamericana y a su vez, el defensor del título logró un triunfo que le permite reforzar aún más su auto confianza, mientras que el equipo dirigido por Javier Weber, más allá de haber hecho una buena actuación, teniendo en cuenta las flojas presentaciones previas, sufrió una nueva derrota, esta vez en su debut en el Final Six.
En el inicio el conjunto albiceleste mostró su peor cara: errando saques, cediendo puntos a Brasil por errores propios, cometiendo problemas a la hora de recepcionar el potente saque del rival, que impedía que Argentina logre armar juego. Así fue que Brasil se quedó con el primer set por un parcial de 25-17.

El segundo set presentaba el mismo panorama y parecía que la historia volvería a repetirse. Sin embargo, apareció Rodrigo Quiroga (la figura del equipo argentino,con 22 tantos) y los aportes de Federico Pereyra y Lucas Ocampo permitieron que el juego sea mucho más peleado. De todas formas, Brasil estuvo más impreciso. Excepto Murilo, los demás tuvieron inconvenientes a la hora de efectuar el saque y eso le permitió al conjunto de Weber conseguir algo que en el primer set no pudo alcanzar: volumen de juego. De esta manera, al poner el marcador 19-16 a su favor, los argentinos se mostraron más seguros y a pesar de alguna distracción sobre el final que le permitió al conjunto dirigido por Bernardo Rezende poner las cosas 22-23, lograron cerrar el parcial a su favor.
El tercer set fue parejo hasta el 16-15 a favor de Brasil, porque a partir de ahí se hicieron fuertes en el bloqueo y sacaron provecho de su imponente saque que en ningún momento pudo ser dominado por los locales. Además el equipo argentino perdió la tranquilidad y eso le jugó una mala pasada, que por suerte lograron dejar de lado en el cuarto set, que fue el mejor de Argentina porque se adueñó del trámite, no sólo en el resultado, sino también en lo anímico.
Quiroga y Pereyra fueron claves en esta remontada argentina por su presencia y su eficacia a la hora de marcar tantos. Además, los jugadores brasileños no podían pasar el bloqueo argentino. El resultado de ese parcial reflejó con justeza el desarrollo del mismo. Pero ese fue el límite del sueño argentino, ya que Brasil tomó conciencia de que su rival podría dar el batacazo (impensado, por cierto) y trataron de hacer todo para evitarlo. Y claro, la chapa de candidatos y defensores del título pesó más que nunca, sobre todo a partir del 8-6, cuando los dirigidos por Weber parecieron resignarse. Murilo fue la figura, pero Lucas y Vissotto realizaron una buena tarea a la hora de golpear la pelota y bloquear los ataques que intentaba Argentina.

"Un grupo tiene que aprender a jugar en este nivel (máximo) todo el tiempo. Nosotros hemos jugado algunos partidos así, pero acá (refiriéndose al Final Six) nos tocó un grupo que justamente nos obliga a eso, a jugar en un nivel alto todo el tiempo", señaló Javier Weber tras la finalización del encuentro. Y además agregó: "Alegría no tengo, eso está claro. No me gusta perder a nada, hubiera preferido jugar mucho peor y ganar. Después de eso me voy conforme con la regularidad que mostró el equipo durante dos horas, reconocer que dejamos todo y jugamos muy bien".
Weber aseguró que la cantidad de derrotas consecutivas acumuladas (13 en total) que lleva la selección tendrán su fin, porque este es un equipo que sabe reponerse ante los malos resultados. El entrenador estimó que la Liga Mundial marcó un quiebre "positivo" para el representativo nacional: "no me caben dudas que a este equipo esas derrotas lo van a marcar para bien, porque no sólo de las derrotas se aprende, también se aprende de la suma de derrotas".

Mañana a las 21, Argentina enfrentará a Serbia en un partido que definirá la clasificación a semifinales o marcará una despedida del torneo sin victorias.
"Serbia es un equipo que falla poco y es sólido en el saque y el bloqueo. Para este torneo cambió dos jugadores importantes y se mantuvo en el gran nivel. Seguramente va a ser un partido equilibrado, porque los seis equipos que están acá son los mejores del mundo y eso determina que no haya rivales accesibles", analizó el director técnico de la selección y de Bolivar, quien manifestó que confía plenamente en este grupo de jugadores integrado por varios jóvenes que tienen características diferentes para poder cambiar las cosas en un partido. Ojalá puedan desplegar al máximo esas características para cambiar la realidad del voley argentino, que si bien ha progresado, necesita de resultados positivos.